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domingo, 17 de diciembre de 2017

Efectos secundarios.

La RAE define medicina como "conjunto de conocimientos y técnicas, aplicados a la predicción, prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades humanas, o en su caso, a la rehabilitación de las secuelas que puedan a producir".
¿Cuánto conocimiento tiene un persona para predecir que pasa por esos ojitos tristes, diagnósticar a través de esos abrazos tristes, tratando de encontrar la técnica perfecta para convertir esa ligera mueca que muestras al exterior convirtiéndolo en esa sonrisa que da vida?
Hay personas medicina, de esas que curan e incluso salvan; ya lleven tiempo en tu vida y caminen a tu lado levantandote en las malas rachas, o aparezcan viendo las secuelas que otros abandonaron y decidan rehabilitarlas. No necesitan mucho recurso, tiempo y ganas, chistes que contarte a las doce de la noche cuando ya no puedas más, o a las siete de la mañana cuando sólo quieres quedarte en la cama a vivir un temporada. Quizás sean las visitas, los abrazos, las llamadas en la distancia, las palabras a gritos en las miradas, darse la mano y apretar muy fuerte como si no quisiera soltar. Predecir la lágrima que caerá dos segundos después por tu mejilla, poniendo el pañuelo en tu mano.

Como todo en esta vida la medicina es un arma de doble filo, me feriero, la medicina durante el tiempo del tratamiento crea un efecto que mejora tu estado pero ¿y cuándo el tratamiento se acaba?. A menos tiempo, menor probabilidad de crear dependencia en el individuo, cuanto más tiempo mayor probabilidad de ir creando cierta dependencia en el individuo.
¿Qué pasa con toda medicina? Que hay cierto riesgo de que produzcan los llamados 'efectos secundarios' en nuestro organismo. Son esos que aprecen durante el uso de la medicina, los que pueden pasar a formar 'parte de ti', en personas, cambios en la forma de ser, alteraciones en la personalidad. Estos efectos puedes arrastrarlos contigo hasta que formen parte de ti, y eso te haga actuar de distinta forma con lo que podrían ser nuevos medicamentos sin poder leer estos en folleto. Estos efectos secundarios se pueden dar como un efecto colateral al dejar la medicación, ese toque de desconfianza que nos queda tras la marcha de quien fue importante, esa ansiedad que surge en tu pecho, esa cicatriz que aparece en algún rincón inóspito, un poco de culpa al conformarte con la marcha.
¿Cuántos efectos secundarios puede provocarte una misma medicina? ¿Es también proporcional al tiempo que lleves tomándola? ¿Sumarán efectos colaterales al paquete?

domingo, 10 de diciembre de 2017

Instante.



Somos ese instante.
Ese en el que elegimos,
Decidimos avanzar en el camino.
Somos ese instante
Que dura años en nuestra cabeza
Acunando nuestros dudas
Resaltando nuestra felicidad,
Porque la felicidad
No es más que un instante
                                                    [pasajero].
Recordar aquel momento
Del que saltaste a la cama
                                                [a ciegas],
O aquel día que acabaste
Bailando bajo aquel puente
                                                   [que pareció pequeño entre sonrisas].
Cuando apretaste la mano
Por miedo, alegría o tristeza
Y te devolvieron el abrazo
                                                      [de un instante].
Leer sobre todas las personas
Que apoyaron tus malos momentos
Tendiéndote una mano amiga,
Riendo contigo
En un compás binario
Cuando los momentos fueron mejores.
Esa foto,
Que se convirtió en instante
De tanto reírnos de ella
                                             [por los caretos].
Esos abrazos
Que quieres que duren
                                            [más de un instante]
Por la vida que te dan.
Llamadas a la 04:00 a.m.
En busca de novedades
                                               [en el frente]
De las que estás bastante puesto.
Cuando callamos por miedo
Y sentimos por dentro,
Aquel naufragio
Que nunca conoció capitán.
Aquella tormenta
Sin lluvia, aire o relámpagos
En la que no encontrabas
A qué enfrentarte.
Ese superman sin capa
Que era mujer heroína
Cuando le veías un sábado noche
                                                            [entre tantas miradas].
Ese chiste malo
Sin su gracia
Pero con mucha risa.
No tengas prisa
Aquí hay brisa,
Como la que se lleva
Esa caja de bombones
                                            [que es la vida].
Puesta de sol,
Lluvia de estrellas,
Amanecer entre risas.
Ser fitness de semana
Como esa canción pegadiza
Con título de tantas fotos.
Skype en viernes noche
Confesiones a las mil y una,
La copita de algún sábado
Que te vuelve más pedo
                                            [que Alfredo].
Ver crecer
Y crecer con ellos,
Ver la sonrisa de orgullo
                                            [ojalá más veces].
No volver a decir ‘adiós’
Que nos lleven a no vernos
En mucho tiempo
O a dejar de hacerlo.
La lágrima al escribir
La última frase
                                [en aquella conversación],
El cacho de corazón
Que diste,
Sin cambio ni vuelta,
Con vacío y tormenta.

jueves, 30 de noviembre de 2017

2 tesoros

En el último año he visto llorar a mi padre, aferrándose a una vida que no era la suya. He abrazado a mi madre sintiéndole más hogar que nunca, dándole a la vida ese toque de salero que a ella no le falta. He comprobado lo que es echar de menos, sabiendo que no volvería, ni al soplar las velas aquel día. He querido acabar con todo y empezar de nuevo, tomándome un tiempo muerto como si fuese el café a media tarde. He reunido mi familia de nuevo en una mesa en la que faltaba tiempo y sobraban mierdas. He llorado, he llorado volviéndome la pequeña que sólo necesita un poco más de cariño. He luchado por lo que quiero, poniendo cada cosa en su lugar y a cada uno en su sitio. He sonreido con las pequeñas cosas, comprendiendo que la felicidad es sólo un instante. He tenido en brazos a los dos tesoros más grandes del mundo, sintiendo que no necesitaba más. He secado las lágrimas de mi amiga, mientras lloraba por dentro de impotencia, he estado preocupada y no he podido conseguir nada. He caminado por las mismas calles en las que iba de tu mano, y parecen más largas. He besado bocas intentando volver a la tuya. He sido naufraga de aquel país que mantiene su gracia hasta el amanecer. He volado, o todo lo que se pueda considerar para acabar teniendo un aterrizaje forzoso. He crecido, más por dentro que por fuera, más anchura que largura. He acariciado a mi perro queriéndome quedar ahí a vivir. He mentido para evitar daños. He escrito intentos de poesía, que se posan en mi cabeza cuando te veo y no me arranco a decir ni un hola. He callado por miedo a las respuestas, perdiendo oportunidades ecuánimes. He temido perder a quien a estas alturas ya no está, sin previa despedida. He hecho participe a mi corazón de aquella historia de la anciana con el corazón más bonito del mundo, y he comprendido la historia en mis entrañas.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Efímeros.

Suena de fondo.
                                                                                                                                            'Sé que tal vez
                                                                                                                                             Te hizo sufrir
                                                                                                                                             Te hizo llorar
                                                                                                                                        Te supo lastimar
                                                                                                                                            Sé que tal vez
                                                                                                                                           Ya sabes de mí
                                                                                                                                          Voy detrás de ti
                                                                                                                                   No te voy a mentir.'
 "Una lady como tú".

Piensas que quizás sí,que quieres que te abrace fuerte por la espalda,
verle sonreír cuando habla de su madre
creando una descarga aurícula-ventrículo
a ritmo distólico creando felicidad.
Regalaros buen rollito, orgamos y armonía,
no dejar nunca de ser aquel reincidente temerario
que vuelve a quererle
                                                                                                                [si alguna vez dejó  de hacerlo].
No hay problema sin solución
como el que se fue sin llegar a estar nunca,
como el poeta que escribió a la musa
                                                                                                                         [y tuvo miedo de amarla],
como aquel capitán sin  su garfio
o ese tiempo que decidistéis no gastaros.
No despega la vista de tus caderas
ni tú de sus ojitos marrones,
agarras su mejilla
acertando en la ecuación de las ganas
mientras le besas
                                                                                                   [como si quizás no fuese la última vez].
Bailar pegados los sábados
que volvéis juntos a casa,
dormir a centímetros
sin querer que acabe nunca.
Ser tan efímeros
como las cosas que callaste por miedo,
con la de problemas
que hubieráis resuelto.


martes, 7 de noviembre de 2017

Podíamos volar.

He abierto la puerta,
sin la previa ojeada
que echo por la ventana.
No oí el viento
que avisaba
de aquel chico
                       [huracán].
Tampoco eché la vista
                                    [pa'trás]
hasta que mis piernas
empezaron a temblar.
Avance decidida,
temerosa,
a paso ligero.
Levanté la vista
y allí estabas
como quién aparece
                               [por arte de magia],
sin necesitar ni un sólo truco.
Tu abrazo
rompió mi muro
                          [interno],
un solo asalto
que hiciste imperceptible
                                        [en tu mirada].
Sin usar armas
sino amor,
cambiaste la apariencia
por dolor.
Adiós a la cordura
cuando la mejor cura
son los besos
reflejados en versos
que reclaman sentirse
                                  [en bocas].
Que las palabras
nunca lleguen tarde
cuando tararee
                        [mis sentimientos]
a tu oído
mientras me desnudas
por fuera
               [también].
Ojalá
este (chico) huracán
frenase
al empezar a bailar
mientras acaricio su pelo.
Quizás después
eche de menos
todas las vueltas
que me llevaste a dar
                                [por encima de ti,
                                 chico huracán]
imaginando que podíamos volar.

lunes, 16 de octubre de 2017

Quizás

Quizás el amor sea encontrar a alguien que coma las aceitunas que os sirven en aquel bar que frecuentáis porque a ti no te gusten, quizás sea el ofrecimiento en la primera cita en el que comentas que al fondo de tu frigorífico hay un bote de aceitunas esperando a ser comidas.
Quizás el amor sea contarse años después que en realidad no odias las aceitunas y poder reírse de aquel acto tan simple.
Quizás el amor sea crecer juntos, hacer crecer ese hogar del que queréis formar parte.
Quizás el amor ses cuidarse en la distancia, quererse en los momentos y no descuidarse en las peleas.
Quizás el amor está en esa primera aceituna que no comiste, o en esas ganas locas de dejarte llevar que lucías aquel día.
Quizás el amor sea confiar a tientas, sonreír sin tapujos, afrontar los miedos pa' perderlos, quedarse con los buenos ratos pero nunca con las ganas, cantar un dueto (bajo la ducha), desnudarse sin quitarse prendas de ropa, los puntos que unen las cicatrices.
Quizás el amor sea cuidarnos muchas más veces, tardes de películas, noches bajo mantas, hombros mojados, cosquillas salvavidas, pulseras que nunca nos quitamos, los relojes que nunca conseguimos de tener y los cinco minutos más que nos dedicamos.
Quizás el amor no sea estar de acuerdo siempre, si no buscar la forma de entenderse.
Quizás el amor sea unirse contra lo que otros destruyen, depositar un poco de nosotros allá donde podamos, combatir con cubos a un fuego, acoger a quien lo necesita.
Quizás el amor sea destruido por los mismos que hoy destruyen su hogar, porque recordemos que todos somos ciudadanos de un lugar llamado mundo.

martes, 10 de octubre de 2017

Por ti.

Maduraste igual que Peter Pan
dándose cuenta de que la que estaría
siempre sería Campanilla
                                         [y no Wendy].
Echaste de menos
sin implicar que volviese
                                        [él]
a poner tu vida patas arriba.
Sonreíste
como lo hace
aquel loco
                 [cobarde].
Bailaste en cada estación,
montaste en el tren
y subiste al autobús
                                [huyendo].
Cerraste bares
para cambiar las barras
por lunares
                   [de su espalda]
Perdonas fácil,
olvidas díficil
si hay daños
                     [con los años].
Quieres a ciegas
incapaz de ver
lo que te advierten
                              [mientras otros se divierten].
El sonido de tu risa,
el gesto de tu boca,
más fugaz que aquella lluvia
                                              [de estrellas].
Comerte con la mirada,
la vida y lo besos
que no nos dimos
                            [a tiempo].
Que seas,
aunque a veces no estés
a tan pocos kilómetros
                                     [como te gustaría].
Abrazarte un par (de cientos) de veces
                                                              [más],
y buscarnos como peces
                                       [en el mar].
Besaste bocas
que no sintieron nada,
mientras acariciaban
tu espalda
                  [con una bala].
Ni sapos ni culebras
pero tampoco princesas,
de esas que no cesan
                                 [en los cuentos].
Dar sin recibir,
follar y fallar,
querer sin sentir,
no querer olvidar
que vives para morir
                                 [por ti].

domingo, 1 de octubre de 2017

Costumbres.

Coger la costumbre de empezar en año comiendo una uva en cada campanada mientras intentas no atragantarte, seguida de la de comer pollo de aquella tienda de barrio el 6 de Enero.
Después de tanto tiempo, pasar el 14 de Febrero entre un par de cervezas y amigos porque eso si que es amor. Acercarme a Cantabria cada 22 de Abril también debería volverse costumbre.
Verte sonreír a través del espejo cuando me maquillo antes de salir de fiesta, para que después se me quite el pintalabios al comernos a besos en un banco cualquiera a la puerta de aquella discoteca.
Hacer muchas excursiones con esos a los que elegimos como familia día a día nada más sacarnos el carné de conducir, siempre teniéndonos que reír de la conducción del que se haya manejando el coche al ir y volver.
Recorrer todos los pueblos de la provincia y alrededores en busca de sus fiestas cada verano. Convertir en tradición ver la lluvia de estrellas tumbados a las afueras de la ciudad, con ganas de ver como se cumplen los deseos y pidiendo no perder nunca las ganas de tenernos.
Aquella mirada que precede un beso, esa sonrisa tímida que escondes a veces y el gusto de ver como te picas al apartarme de uno de tus besos. Quedar para pasear al perro, hacer rutas en bici o andando. Beber alguna copa de más, caerme y que nos ríamos cinco minutos hasta que me ayudes a levantar. Esperarte esos 15 minutos que contigo son de cortesía, mientras suena Izal en Spotify.
No dejar de subir nunca en esa montaña rusa pero tenerte por si llega la caída.

sábado, 23 de septiembre de 2017

1,2,3...8,9,10

Un abrazo por la espalda, de esos que impresionan y quitan miedos. De esos en los que sientes que le importas y en los que te girarías para
Dar ese par de besos que te saben a poco porque vuestras bocas os piden más, mientras que las sonrisas os delatan con
Las tres miradas que os dáis antes de cogeros la mano, por no hablar de cuando os miráis fijamente al besaros.
Cuatro palabras al irse a dormir que dicen que os queréis, y que bonito cuando lo hacéis verdad con hechos.
Deseáis que lleguen esos cinco minutos para veros, aunque sólo os vayáis a sonreír por el pasillo. O lo largos que se hacen los cinco minutos previos a veros, en los que algo golpea vuestro estómago con suavidad.
Seis días a la semana sois a través de una pantalla, pero que pasada es veros el día que sois a través del tacto, la vista, el oído, el gusto y el olfato.
Las siete maravillas no son nada en comparación a la magia que hacéis entre sábanas, cómplices de cada aventura.
Con aquellas ocho letras de cada te quiero, que muchas veces jugáis a no creeros. Parece mentira que dudéis de vez en cuando y haya noches en las que marcáis
Nueve números, para borrarlos y repetir esta operación hasta que os armáis de valor u os dáis por vencidos.
Diez versos escritos en espaldas ajenas,y que bien escritos como aquella canción que habla de que  los dedos que notan el frío y tu calor.

jueves, 14 de septiembre de 2017

E(re)s[tás]

Estás preciosa cuando sonríes. Cuando no dejas de bailar aunque la música cese y tus pies no puedan más. Cuando te miras en el espejo y dudas, ahí también estás preciosa. Cuando caminas por la calle, ya sea en compañía o solitaria. Cuando cantas en la ducha y te pierde tu canción favorita. Cuando te acabas de levantar y vas zombie a la cocina a por tu café de 'buenos días', ahí sigues estando preciosa.
Quizás no sea que siempre estás preciosa, si no que lo eres.  Y es que eres preciosa cuando  agarras su mano sin tener por qué, cuando has tenido una mala noche y no puedes más, cuando te acercas a pegarle después de que te pique.
Eres preciosa en una escala de 'que te importe una mierda lo que otros piensen', aunque sé que eres tú la que no se cree preciosa. Y es que más allá de esa sonrisa, esos ojos o cualquier otra parte de tu cuero, eres preciosa por dentro. Eres preciosa cuando ayudas a cruzar a un anciano o quizás le llevas las bolsas, eres preciosa con un niño en brazos, eres preciosa cuando tu madre te lo dice y no haces caso. Eres preciosa cuando te dejas conocer por dentro aunque te cueste. Eres sin creer, así que imagínate creyendo.

jueves, 31 de agosto de 2017

Tú me brillas en las manos.

, tu mirada y tu sonrisa. Las ciudades que forman tus (a)brazos, el brillo de mis ojos cuando me dice algo bonito, la mueca que hace tu mandíbula al verme girar la esquina y como se entrelazan nuestras manos al caminar. Las películas que acaban sin verse porque preferimos vernos el uno al otro, las risas que nos echamos sin ni siquiera decir nada y las palabras que nos gritamos en apenas una sola mirada.
Me vacilas, me pico, quizás sonrío y te sigo el juego. Me besas como remedio, te muerdo el labio como costancia mientras acaricio tu nuca. Huelo a hogar cuando vuelvo a casa de estar contigo, a veces me dejo la ropa puesta un rato más para sentirte cerca. Me callas los miedos, aunque quizás me crees dudas.
Brillas sin ser estrella, suenas sin ser canción, no necesitas magia. Sé que puedo cerrar mis ojos, tapar mis oídos y dejar que hagas alguno de tus trucos. Quizás algún día veamos la lluvia de estrellas y nos hagamos cosquillitas en la espalda, o nos pasemos tardes entre sábanas con tanta siesta. ¿Brillaremos juntos algún día?
En cada rincón, de cada esquina, de todos los momentos que vivimos y quizás viviremos, se esconderán las ganas que nos sobraban y en otros las que nos faltaron. El elegido será el de nuestra foto preferida, o nuestra carcajada más sonora. En el que perdimos casi todo, pero nunca las ganas.
Las ganas de volver a verte o quizás las de verte volver, al mismo sitio. Una pena no poder escoger el mismo instante y entrar en bucle los dos, como en toda buena canción y todo buen abrazo. Las miradas a ciegas, como las de aquel que ocultó sus ojos al mundo por miedo a seguir viendo el caos. Las palabras a las que diste sentido, haciendo que se volviesen actos. Porque quizás sólo un acto de amor verdadero pueda salvarnos.
Manos vacías si no escribo los versos sobre tu espalda, manos desnudas si las tuyas no las abrazan. Versos entre bromas, caricias y más de una tontería, sin ser canción podemos hacer poesía decías. No hace falta ser una oscura golondrina para volver tan de vez en cuando, cuanto tantas veces, escogiendo el cómo de otras tantas veces.

domingo, 13 de agosto de 2017

Lo real siempre vuelve.

Lo medimos todo en tiempo, sin darnos cuenta que lo que importan son los momentos, las miradas, las pausas a destiempo, las sonrisas detrás de las que nos escondemos, los compases bailados, las melodías recitadas y las carcajadas sonoras. Hasta esas arrugas que se forman en la frente, no por el paso de los años, sino por el paso de las risas.

Real el vuelo de los pájaros cuando llega el cambio de estación y deciden migrar, como migramos nosotros de un lugar a otro, siempre mochila al hombro y ganas puestas en forma de sonrisa. Reales las ganas de encontrarnos para comernos a miradas, dando paso a los besos inmersos en un viaje que no quieren que termine jamás.

'Siempre volveríamos al lugar donde fuimos felices', y es que tus brazos siempre fueron el lugar perfecto en los días grises, pero aún más en esos días en los que me entran ganas de perderme. Cálidos en invierno, tiernos en primavera, refugio en verano y dulces en otoño. Sonreí a tu pecho tantas veces, otras tantas plañí sobre él.

'Vuelve a casa vuelve, vuelve a tu hogar.' Vuelve a los compases binarios, a los cada tres por cuatro, a pasar las tardes de cervezas, a las risas a medias, a las cosquillas para que se vuelvan enteras, a los amigos de siempre, a las ganas de perderse y al 'déjate ayudar' para poder encontrarte. Vuelve a abrir la puerta, aún sabiendo que te volveremos a ver partir.

viernes, 11 de agosto de 2017

H o g a r.

Ha llegado el día, de sentirse en casa aún estando a kilómetros. De coger un tren a ninguna parte y llenar la maleta de recuerdos. Haremos parte del viaje en el coche de San Fernando, porque "caminante no hay camino, se hace camino al andar" y yo tengo ganas de descubrir el mío. Echaremos de menos lo que un día echamos de más, para volver a abrazarlo con ganas.

Observaremos el paisaje, deteniéndonos en los pequeños detalles. Miraremos el horizonte, buscando el camino a casa. Casos perdidos quedan en el olvido de quién nunca llego a comprenderlos. Comprendí miradas confusas, sumergidas en el caos. Sumergiremos nuestras penas en alguna copa de ron, y en muchos abrazos por la espalda.

Ganaremos sonrisas a ciegas, si nos atrevemos a lanzar la moneda. Veremos sus dos caras a la vez si recurrimos a ese toque de astucia que nos hace ingenuos a la vez. Tocaremos el frío agua del cantábrico, y sentiremos las rocas de sus montañas. Gritaré a viva voz si llegamos a la cima, nuestra palabra en clave, clavando mi mirada en la tuya. Haremos fotos dejando costancia, haremos risas que nos guardaremos como secretos.

Abriremos unas puertas, saliendo por ventanas apoyándonos en los otros. Correremos desnudos por la playa, hasta que el mar tape nuestra desnudez. Planearemos las mil y una aventuras, trazando la ruta para siempre volver. Agarraré tu mano si tengo miedo, y la soltarás dándome alas pa' volar. Añoraremos lo que dejamos atrás, atrasando el tiempo de partir hacia otro destino más.

Reíremos cada noche, como cada día. Soltaremos versos entre besos, sin llegar a ser poesía. Veremos nuestro reflejo en aquella laguna brillar. Brillarán las estrellas en el cielo al vernos bailar. Resistiré el frío y el calor, para poder volver con mi hogar. Hogar, quién camina a mi lado, quién construye mi sonrisa, quién frena mis tormentas, quién te besa o te abraza cada tres por cuatro haciéndolo especial. Especialidades enteras de complementos imperfectos.

jueves, 10 de agosto de 2017

Primeras veces.

La primera vez que agarraron tu mano, sintiendo la presión pero sin dolor.
Como te sentiste al ir caminando por aquel paseo, en el que su brazo rodeó tu hombro.
Aquella canción que hicistéis vuestra de tanto cantarla.
Su forma de agarrarte el culo la primera vez que os besastéis, e incluso la última al agarrar su cuello.
La forma en la que convirtió hogar con el más mínimo sentimiento, levantando tu cuerpo de cada cuneta.
Cuando te diste cuenta de que la edad es una escusa para quien quiere, dejando sentir al corazón.
Sentimientos confusos cuando se acercó a tu oído y susurró que si estabas preparada.
Sonrisas al desnudo, desnudos los cuerpos de ambos, ambos sonriendo a destiempo.
Quizás por los besos en el cuello, o las caricias en la espalda.
Entre broma y broma, algún beso que demuestre, entre verso y beso  alguna que otra verdad.
Deciros que os queréis bien, más que mucho, pero sobretodo demostrarlo.
Callar miedos, temiendo vuestro caos.

jueves, 13 de julio de 2017

.



Ella es de pantalones largos en verano, a veces incluso lleva sudadera. Es de cara alegre en días de tormenta, y de ser socorrista de cualquier naufragio menos del propio. Es de caminar despacio cuando tiene prisa, y de darse prisa cuando el tiempo sobra. Odia tener que disimular cuando come chocolate, pero odia más decir la verdad y que tu sonrisa se rebaje.

Intenta dar pasos firmes hacia delante, aunque a veces tienda a descarrilar. Tiene curvas, aunque no entiende cuál es la más bonita. Cuenta con dos pequeños circulitos que brillan al llegar la despedida, como cada verano. Es viajera por naturaleza, metiendo algo cada semana para la hucha de los sueños. No es que haya visto mucho mundo, apenas ha salido una vez de su país aunque ha montado 4 veces en avión.

Es cariñosa, muchas veces a su forma. Es abierta y tímida a la vez, sólo tienes que esperar. Lo mejor de ella, es que cuando quiere, quiere de verdad, poco a poco (o eso intenta). Se ilusiona fácilmente con cualquier pequeño plan o posibilidad, cuando lo siente de verdad incluso pide deseos.

Ha pasado por malos momentos, sabiendo quiénes iban a ayudarle a levantarse. Ha abrazado sin fuerzas, pero sonreído de verdad. Ha sentido como la soledad bailaba en su ventana cada noche sin poder echarla. Ha tenido miedo de cualquier día menos de un Martes 13, sintiéndose como en casa. Ha querido irse, teniendo que quedarse por su mamá. Ha elegido ser feliz, haciendo felices a los demás.


miércoles, 12 de julio de 2017

Calma.

Te pillé.
Estabas mirando mientras dormía
alcé la cabeza para besarte,
tan sólo sonreías
jugando bajo sábanas sin destaparte.
Besaste mi cuello
te acaricié la cara,
usé tu brazo como almohada
tu sonrisa con destellos.
Subiste la camiseta
bajé la mirada,
nunca tan coqueta
me quedé parada.
Calma.
Cosquillas
vaya risas en cada movimiento,
felicidad inundando mis costillas
me sentí libre como el viento.
Me despides con un beso
olvidando esa noche
llena de versos.




martes, 27 de junio de 2017

¿Cuánto o cómo?- Huellas

No se trata de cuánto quieres, si no cómo lo haces. De cuando sacas un par de minutos para ver a quienes quieres. De decir menos y demostrar mucho más. Serán esos abrazos por la espalda, o esas llamadas cuando no puedes más. En malos momentos, pero en los buenos también. Por días en los que alguien ha cogido y te ha sacado una sonrisa.
No se trata de cuántos años vives, si no de cómo los vives. Si eres de aprovechar hasta el último minuto, sacar el máximo beneficio hasta en el más mínimo rendimiento. De tener una sonrisa en la cara, aunque por dentro estés mal; de alegrar a los que te rodean y dejarte alegrar. Por ir dando rodeos sin apartar la vista del objetivo final, aunque tardes un poco más.
No se trata de cuántos amigos tienes, si no de  cuántos son de verdad. De aquellos que se ríen de ti cuando te caes, y cuando su risa cesa te ayudan a levantar. A quién pides que vaya, y dejaría hasta una hamburguesa en la mesa sólo por ayudar. Quién te dice que te quiere con un par de copas, porque de normal ya sabemos todos lo que nos queremos picándonos.
No se trata de cuántos días estás sin ver a una persona, si no de cómo vas a vivir lo días que pases con ella. De los planes improvisados, y algún que otro hecho con más tiempo. Con vales por una tarde en el cine, y otras pasadas entre mantas. Entre pachanga y pachanga, risas y agüita. En lugares cercanos cariño, en lugares lejanos amor.
No se trata de cuántas huellas dejas al final de tu camino, si no cuántas huellas te han marcado de verdad.

jueves, 22 de junio de 2017

Partiré, adiós.

No importa. No importa si me hablas o no, si callas o llamas.
Si llamas ya sabes dónde estoy, o más bien dónde debería estar.
Puede que decida irme, sin avisar, optando por callar.
No callaré mis miedos, sino las ganas.
Ganaré ganas, y perderé tiempo.
Me prometeré no volver a querer, queriendo querer de nuevo.
Calma, prisa. Inquietud, tranquilidad.
Mochila a hombros y sentimientos por partir.
Partiré con un beso y una flor, alguna caricia y un adiós.
No importará(s), no importaré.

martes, 13 de junio de 2017

Besitos en el cuello.


Besitos en el cuello, carcajadas inmensas, dormir al acabar.
Verte en la cocina cuando me despierte tan sólo con los pantalones puestos ,
que me entren ganas de quitártelos de nuevo.
Abrazos por la espalda, que me agarres de la cintura y yo del cuello.
Que tus manos no se cansen nunca de recorrer mi espalda,
descubriendo nuevos caminos que llevan a Roma.
Tus manos sobre mi culo al despedirnos,
con sabor a ganas de más.
Que me escondas todo menos tus intenciones,
dejándome querer tus miedos.
Discutir y pedir un tiempo muerto,
porque me muero de ganas de besar tus labios.
Quiéreme a gritos, y cállame en silencio.


domingo, 4 de junio de 2017

Escena.

En You Tube suena su play-list favorita,
sueña que es niña, libre y nostálgica
pendiente de si el acto de la película se desmorona,
se parte, o hay que seguir con otra escena.

Cansada, apaga el ordenador,
corre las cortinas,  
dejando paso a la imaginación;
temiendo no ser comprendida,
no ser querida,
intuyendo la soledad.

Llena el vaso hasta el punto
que falta una gota más para desbordarlo,
es su forma de expresar
este invierno incierto,
falso y lluvioso.

Recuerda cuando de niña
le cantaba una nana para dormir,
cuando de cuanto en cuento
aparecía un regalo
debajo de la almohada,
y las pecas que desaparecían
en  su cara al llegar diciembre.

Tiene miedo de los pasos en falso,
los días de tormenta
y de que mañana todo siga igual.
Revisa su teléfono
antes de apagarlo sin que os escribieseis.
Esta noche encenderá el teléfono
y te escribirá por arriesgarse.

martes, 30 de mayo de 2017

To be confused.

Confuso, como aquella tarde de otoño en la que entraste por la puerta de su casa para poner su vida patas arriba. A ella le brillaban los ojos al ver su reflejo en ese cielo que tienes por ojos, a ti te brillaba la sonrisa cada vez que se acercaba a besarte. Sentía mariposas, nada más oír tu nombre, aunque ni siquiera fuese el tuyo como tal; cuando te encontraba doblando la esquina o tu nombre aparecía en su pantalla.
Confuso, como todo aquello que no os dijistéis por miedo y vergüenza, asumiendo la pérdida antes de arriesgar. Escuchaba a Ed, Izal y los demás; y parecían canciones echas para nosotros. A ella le faltó valor y a ti te faltaron las ganas, de frenar a ese pequeño torbellino de metro sesenta dispuesto a casi cualquier cosa.
Confuso, como aquella noche que te escribió el último mensaje. Aquella noche que decidió que si tú no, ella tampoco. Sus ojos llenos de lluvia desprendían esos sentimientos que había estado callando, dejando de callar bajo la lluvia para poder ver el arcoiris en algún momento.

martes, 9 de mayo de 2017

MARIPOSAS.

Siente mariposas. Hacía tiempo que no habían desaparecido y duda de estar preparada para algo nuevo. Le asusta, es sabia. Sabe que eres la persona adecuada en el momento equivocado, que tus mensajes hay noches en las que son salvavidas y tus abrazos llegan a curara cicatrices.

No te lo va a decir, pero le encantaría ir a tomar café y acabar en cervezas como si esta vez fuese a ser distinto. No te va a decir tampoco que se mete en tu conversación escribe millones de mensajes para acabar borrándolos porque no quiere molestar, ni va a lanzar la piedra y esconder la mano.

Quizás se equivoque y no seas distinto, pero vaya mariposas cuando te ve pasar por el pasillo. Le dan ganas de montar en tu coche y subir la música para poder dejarse llevar, lanzándose al vacío. ¿La salvarás? ¿Serás quién frene su caída, o quién repare sus daños?

Domingo por la noche con señal de prohibido mariposas en la puerta de su habitación. No paran, piensa escribirte aunque no lo hace. Malditos miedos y complejos, malditos aquellos que la empujaron en la caída y quizás algún día maldito tú que no fuiste paracaídas de esta temeraria.

Si mañana te encuentra probablemente agache la cabeza tímida ante tu incredulidad. Ocultará sus ojos ante esos brazos que podrían frenar la caída.

domingo, 23 de abril de 2017

5 minutos.


"Cinco minutos son suficientes para vivir una vida entera, así de relativo es el tiempo."  M. Benedetti.

Así de fácil e inverosimil como todas las pequeñas cosas.
Esos cinco minutos que nos decimos a nosotros mismos sólo para dormir un poco más.
Esos cinco minutos que todos tenemos al día si queremos para ver a alguien.
Esos cinco minutos en lo que empezamos a hablar con alguien y nos flipa, magia y conexión.
Esos cinco minutos que pides que se quede la otra persona y acaban convertidos en diez, veinte o media hora que pasan como cinco minutos.
Esos cinco minutos que nos pasamos delante del espejo para ver si nos damos el visto bueno.
Esos cinco minutos en los que nos hicieron polvo, o en los que nos echaron polvos.
Esos cinco minutos en los que discutimos para luego arreglarlo y hacerlo mejor.
Esos cinco minutos que pasamos llorando sin tener claro el motivo.
Esos cinco minutos llenos de gloria para el artista cuando todo el público lo aplaude.
Esos cinco minutos convertidos en despedida.
Esos cinco minutos en los que pides a alguien que se vaya, deseando que se quede a tu lado.
Esos cinco minutos antes de un examen como si justo te fueses a aprender lo que te falta.
Esos cinco minutos que pasas mirando fotos de cuando eras niño.
Esos cinco minutos, puede que menos en los que te han partido el corazón.
Esos cinco minutos que nos hacen vivir y morir al mismo tiempo.
Esos cinco minutos que pasaron a la velocidad de la luz al conocerte.
Esos cinco minutos que me bastaron pa' quererte.

lunes, 17 de abril de 2017

'Prisa'

La gente va atropellada, y cuando yo termino de cruzar veo que alguien se abalanza hacia mi dirección,  me aparto. Ya no sé si es prisa por no perder el bus. O porque quizás tengamos demasiada prisa en encontrar a quién nos complementa.
El problema es que con tanta prisa nos perdemos cosas que a corto plazo pueden parecer insignificantes pero a largo plazo podían haber sido un mundo, nuestro mundo.  Nos centramos tanto en encontrar ciertos parámetros, que no vemos más allá de ellos como si algo fuera de ellos nos cegase.
Pero analicemos la prisa,  tanta prisa para qué si no es lo correcto pero es el miedo el que se esconde detrás de aquella prisa que todos tenemos muchas veces. Miedo a que con el tiempo nos den la espalda,  a la soledad y los lamentos, a los inviernos fríos con tan sólo una manta en el sofá y un vaso lleno de recuerdos.
Quizás si no llevo tanta prisa pierda ese bus,  o ese tren, pero igual es que necesitaba perderlo para darme cuenta de algo, de mis miedos. Puede que lo que busco esté en el bus siguiente, o quizá en los que cogeré a lo largo de los próximos diez años y tres días. Tal vez así encontremos lo correcto en lo que llamamos equivocado tras dejar de creer en las obsoletas ideas que alborotan nuestra mente.

sábado, 15 de abril de 2017

Microrelatos.

1 Olor a libro nuevo, las mañanas de navidad que pasaréis juntos, las noches en vela a través del teléfono o la pantalla. Sonrisas, promesas, dudas. Salir de fiesta y encontrarle aún más guapo que hace tres horas, coger(le) con las mismas ganas que al fin de semana y reír entre cervezas.
2 La vida me ha dado muchas cosas, familia, amigos y un pizca de salud. Ha patrocinado mis lágrimas y sus sonrisas, me ha hecho enfadar y querer rendirme. Gracias a lo primero he salido adelante.
3 Me brillan los ojos. Puede que sea porque ya no estás, que no he dormido pensando en lo que nos quedaba por vivir. Pero tú no volverás, no eres una oscura golondrina.
4 Martes 13 en todo su esplendor, pienso en mi fortuna mientras miro la foto con las personas más importantes de mi vida. Mañana es 14, segundo miércoles de febrero, y aunque ya no estés voy a seguir aquí...
5 Casualidad, fortuna o pura magia. Seguir reunidos como hermanos tantos años depués. Vidas paralelas pero que se juntas en una rotonda, y preparate para dar vueltas y pisarle.
6 Suena nuestra canción, la bailamos hasta el final, cantala hasta dónde nos dé la voz. Quizá algún vídeo o una grabación, las risas de la mañana siguiente piden explicación.
 

miércoles, 5 de abril de 2017

(Se) echa de menos


Hiciste 'juego, set y partido', llevándote todo lo que había sobre la mesa incluido parte de su corazón. Arrasaste como tornado cuando debiste haber sido salvavidas, dejaste que se fuese yendo hasta convertirse en una persona diferente. Ya no colecciona fotos en la pared por si alguna noche echa de menos, ni confía lo mismo en las personas. Ahora lo ve todo gris, distinto al resto y la culpan por ello, cuando ella no fue la bala de su disparo, al menos no esta vez.

Ha cambiado su colonia y hasta su forma de caminar, de hecho ya no te llama cuando está asustada, simplemente cierra la puerta de su habitación y huye en un sin fin de letras hasta que sólo queda barco en naufragio. Sale de fiestas con ganas de estar con sus amigas, ya no mira lo demás, salvo con alguna copita de más y recuerdos en sus pupilas. Ya no confía, tiene muy claro a lo que van pero aún así no les da pista porque se siente vacía.

Se echa de menos, todo el mundo lo hace. Tiene un único objetivo, son los 50 y de paso un poco más de cariño.

A mí me sobraban.

Puede que empiece a echarte de menos, que me arrepienta de no haber arriegado porque 'el que no arriesga no gana.
Creo que voy a llamarte, sí, mañana lo haré. Aprovecharé para empezar diciendo que aunque tú me quisieses a ti te faltaban las ganas que a mí me sobraban. No sé si volveré a colgar fotos de globos en el techo, puede que ya no quiera convertir la ira de otro en un pecado capital ni la luguría en un regalo.
Contigo no necesitaba ningún 14 de Febrero para demostrar nada, si no para sentirme algo en la vida de alguien. Si le añades todos los regalos que me hiciste, ya sabes que siempre me gustó una simple sonrisa, una llamada de vez en cuando o algún que otro te quiero.
Sigo pensando que aún te echo de menos, pero lo de llamarte no sé si seguirá en pie.

jueves, 16 de marzo de 2017

Incierta casualidad.

No encuentro palabras, letras, sonrisas suficientes para resumirnos en ese instante, en esta vida, en aquella incierta casualidad.

Una ronda de cervezas, la primera invitas tú, la segunda yo, la tercera puede que nos invitasen y por la cuarta no me preguntes que yo sólo pensaba en la sonrisa que tenía enfrente pidiendo a gritos que la besase. Risas, carcajadas sonoras, mi cabeza sobre tu hombro. Preguntas sobre el pasado, debilidades saliendo por las cicatrices a medio cerrar, sonrisas a medias y miradas perdidas. Tus labios piden sinceridad, los míos cariño o un par de cañas más, porque sé que hay posibilidades de que te levantes del sofá y (me) cierres la puerta. Bajo a pedir, despacio, disfrutando del instante antes de lanzarme a un futuro incierto, de miedos, de vacío.
Palabras desbordan mi boca al sentarme de nuevo, ojos tristes y mojados. Silencio. Me preparo para verte marchar, bajas, suspiro, me limpió las lágrimas y cuando levanto la cabeza estás ahí con dos cañas más. Sonrío y me digo que igual debo volver a confiar.
Es hora de empezar a creer, a crear.

domingo, 12 de marzo de 2017

Que genial, que astuto, que indecente...

Le estáis equivocando, tú y tu jodida sonrisa, y esas cervezas que dejas que te robe de vez en cuando, que junto a esa dulzura con la que rozas su mejilla haces que se le erice la piel. Y es que no eres verso en beso porque nunca se hicieron versos tan abstractos como los vuestros.
Incluso a veces cuando le dices que va guapa un sábado noche cuando ha elegido esa ropa por descarte, o cuando  le haces cosquillas mientras bailáis y pide que subas la radio en el coche porque esta es su canción, y la tuya con la de muchas otras.
Esa magia de quedarse un domingo por la noche hasta la madrugada de un lunes insólito haciendo skype contigo, pero más aún las ganas de atravesar la pantalla. Le pondrás 'Pequeña gran revolución', porque sabes que hasta su estómago siente la emoción y le besarás, mientras los dos sigamos las mismas estrellas.
Entonces, y sólo entonces dejaré que comiences a poner su mundo patas arriba para sentir en pleno invierno el calor de tus dedos. Y que genial, que astuto, que indecente, que maravillosamente oportuno conocerte, pero por favor, cuidale.

miércoles, 8 de marzo de 2017

Vete, Vete.

'Vete. Vete.' Oigo que me susurras, no puedo reaccionar, no sé no quiero. Son las once de la noche, hora menos en canarias y quién puediese volver a esa hora para no cagarla.
Salgo de la habitación cerrando la puerta tras de mí, y me echo a llorar, apoyo mi espalda en la puerta esperando que la tuya esté ahí porque creo que es lo más cerca que volveremos a estar. Intento que me salga un 'te quiero' de los labios pero sólo consigo más lágrimas.
Me levanto despacio y espero un poco más por si decides salir, pero no lo haces. Siento que algo en la calle es distinto, el aire ya no roza mis mejillas y no dejo de pensar que tenía que haber callado, que el que calla otorga. Marco tu número y no hay respuesta, la acción se repite como minutos en un cuarto de hora, pensando que si a la decimosexta no igual me doy por vencido.
 No puedo dormir y me siento en el alfeizar de la venta, ese lugar que te mostré una vez porque pensé que al arriesgar por ti, ganaría, suspiro. No sé quién de los dos falló más, quizá no follamos suficiente e hiciste tú camino, sin darte cuenta de que yo había parado en el mío para luego volver atrás.
Susurro que si has sido capaz de hacerme daño, aún queriéndome, yo dejaré de hacerlo para olvidar(te) y algún día me arriesgaré a ganar, echando más ganas que nadie.