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jueves, 27 de agosto de 2015

Abuelito

Hola abuelo, bueno supongo que escribo esto para decirte lo que te echo de menos y para que la gente sepa lo importante que eres para mí. Hoy, hace tres años que te perdí, llevabas ocho meses ingresado y yo era una enana que no podía entrar a verte... Ni tenía el valor suficiente para que engañarnos, no quería creer que en cualquier momento pudieses marcharte.
Tu perdida para mi fue muy dura, han venido muchas cosas después pero lo importante eres tú.
Hace tres años recibí una llamada nada más salir de entrenar y me dieron esta noticia, no me lo podía creer, siempre hubo un vínculo muy especial entre nosotros... Y encima no pude despedirte, solo pude ir a la misa porque todos decían que todo iba a ser peor si iba. Pero sabes, no te olvido ni las batallitas que me  contabas una y otra vez, cuando me traías mis gominolas favoritas, o cuando me llevabas al parque.
No conozco mejor frase que esta 'siempre se van los mejores' para demostrar quien se fue, el mejor, el gran héroe, el que siempre me decía 'pues el que nada no se ahoga' cuando sabía que me pasaba algo, o me contaba los mejores chistes del mundo. Eres quién marcó a mi abuela y a toda mi familia, porque ella se acuerda de ti todos los días y me dice lo buen novio y marido que fuiste, y espero encontrar alguien como tú algún día abuelito porque eres lo mejor que me ha pasado.
Gracias por todo, te quiere mucho:
                                                           Tu nieta.

lunes, 24 de agosto de 2015

Viaje a una terminal.

Voy mirando por la ventanilla, esperando a ver si alguien va a detener el coche. Pero sé, que no, eso no va a suceder porque no estás y quien está no ha mostrado el mínimo interés.
Me voy camino a ninguna parte en un viaje más largo que unas horas, más largo que los abrazos tan largos que te daba cada vez que pensaba que te había perdido, creo que ese fue mi gran problema en vez de hacer algo por no perderte, solo lloraba por creer que lo había hecho. Han pasado días, pero no quiero ver mi vida en días la quiero ver en momentos, en sonrisas o en charcos de lágrimas.
Sigo mi camino, mientras escucho la radio veo como las ventanillas empiezan a llenarse de gotas de lluvia, leo párrafos sin entender el sentido que tiene hacer esto si tú no vas conmigo. Abro la puerta del coche y bajo para estirar las piernas y es en esos cinco minutos cuando me doy cuenta de que nada va a cambiar que tú, vas a ser pasado, presente y futuro, esa canción que hace que se me salten las lágrimas porque tú me la cantaste tantas veces. Nos imaginé recorriendo caminos juntos, pasando fronteras y llegando a la cima, pesarás '¿Qué cima?' , la que consiguió que las discusiones tuvieran sonrisas, las reconciliaciones lágrimas... Llegamos a ser felices juntos, pero nunca durante ese largo camino supe decirte algo, porque ese algo dolía dentro de mí, un 'te quiero' constante.
Tuve que regresar al coche, pero necesitaba estar sola, como me sentía, me senté atrás como si fuese un taxi, continuamos el viaje y con el viaje junto a la lluvia, mis lágrimas. Tachones en una carta que nunca llegaría, porque antes de que pudiera acabarla estaba calada. Creo que fue la curva eso que tomamos mal, lo que nos sacó del andén hasta que llegó la ambulancia. Despierto, han pasado meses pero a mi alrededor solo hay máquinas, veo como los médicos van y vienen, mientras una máquina no para de sonar, veo una familia desconsolada en una sala de espera llena de tristeza, junto a alguien que creo reconocer, sí no hay duda alguna, son amigos pero hay alguien más, ese que hace que me duela el pecho o se me salten las lágrimas, está apartado pero al lado de la familia esperando noticias.
La enfermera entra en la sala, dice algo que no puedo oír pero que me hace volver a mi habitación y luchar con todas mis fuerzas como si la vida me fuese en ello, y es que eso era lo que pasaba, que mi vida se desvanecía pero supe luchar hasta ganar la batalla. Mareos contantes que sacudían mi  cabeza ahora tienen explicación, el supuesto viaje no había sido real, tal vez un sueño sin dueño.

viernes, 7 de agosto de 2015

Hola, esa soy yo.

Hola, soy yo, la chica que se esconde cada vez que intenta ponerse guapa para verte, la que se hace bolita cada vez que la dices algo bonito. Soy cada "te quiero" que he dicho por tí, soy la persona que quiere ser un pájaro pero no tiene alas para volar, y entiéndelo es un metáfora de las mil formas que lo podrías interpretar, pero es sincero lo que digo. Intento ser valiente frente a esta vida que nos dieron, y si lo aparento, no lo soy. Soy la que se encierra en un armario a llorar porque no entiende nada, porque no sabe si la quieras, si la entiendes, porque no sé cuando volverás ni si las noticias que traerás serán buenas. Me atrevo a llorar delante tuyo pero nunca a contar que me pasa, ¿miedo? sin duda alguna. Colgar fotos en la pared es una rutina para recordar a las personas que pierdo por tonterías, o simplemente intento encontrar un cambio en mí que no encuentro, solo veo pegas.
Fotos a cachos en el suelo en mis malos días, cortes por mi cuerpo que nunca causan lo que busco cuando quiero desaparecer. Un cuarto que está hecho un desastre para ir a la par con mi vida, peluches para ser un Peter Pan constante, tacones para ser lo que siempre tuve en casa y no pude alcanzar, sonrisas que evitan preguntas, acrobacias en la ventana para saber que pasará si alguna vez caigo, si encontraré mi autoestima ahí abajo donde solo los más valientes luchan día a día.
Aferrarme a los recuerdos para hacer que las cosas no han pasado está dejando de funcionar, los familiares que se fueron todavía no han vuelto, lo que vuelven son los amargos días en los que te enteraste de que ya no les verías más.
Que cobarde es escribir todo esto en vez de decirlo, de gritarlo.