Mi lista de blogs

domingo, 18 de septiembre de 2016

Para alguien...

Queridos lectores:
Por algún motivo, ajeno a lo que todos estamos acostumbrados a oír, creo que hay que saber frenar, parar ciertas campañas publicitarias, ciertas modas o ciertos hábitos. Últimamente el espectro de la imagen está llegando a nuestras vidas como un eco machacador que sólo atrae números, primero hablaré de nuestras queridas tallas de ropa; esas que intentamos no llenar por miedo al qué dirán, a no gustar a otra persona sin darnos cuenta de que anteponiéndo a otros nos cortamos la libertad a nosotros mismos, sí, es bonito sentirse guapa, pero eso no lo define un número, aunque hace tiempo que en vez de usar calificativos usamos números para definir a las personas. Un ejemplo muy claro de lo que hablo es, sin ir más lejos, la moda de las historias de Instagram, desde ahí ya se está calificando a muchas personas por sus fotos, sin saber lo que te pueden ofrecer realmente y esto como todo nos condiciona nuestros pensamietos.
Muy bonito para los que se llevan la parte 'buena', pero ¿qué pasa con los que se llevan la mala?, ¿qué pasa cuando alguien se queda sin la posibilidad sólo por como es por fuera?, aquellos que se ven condicionados por aspecto en un puesto de trabajo, y claro que es importante pero sin dejar de ser uno mismo porque contigo vas a tener que convivir toda tu vida. Intentamos tanto parecer lo correcto para los demás, caer bien, gustarlos, que sin saber cuándo ni cómo nos perdemos a nosotros mismos a expensas de lo que podremos parecer a otros, o quizá con una nueva moda. Pero es que bendita sociedad la que todos críticamos y nos quedamos ahí, sin buscar un cambio, sin intentar empezarlo por nosotros mismos o por los cercanos, ingenuos nosotros que nos decimos que ya pasará como discos rallados.
Y con el tiempo comprenderás que es mejor dejar de intentar no alcanzar una talla más y poder llenar corazones, que igual unos te dicen que no eres lo suficiente guapa, o lista, pero te quedan otros pocos miles de personas por descubrir lo que ellos aportarían al que aunque ahora pequeño corazón, con cariño se hace grande. Recordad que lo bonito es que alguien te abrace sin importarle tu estatura, tus meteduras de pata, ese acné que a veces se dibuja en tu cara, esa anchura. Y que realmente para cada persona seras un número, pero para los realmente importantes serás un mundo, con sus cicatrices, sus llantos, sus por qué, con lo que te hace ser humano.
                                                                                                                                          Atentamente:
                                                                                                                              El monstruo de denajo de tu cama

lunes, 5 de septiembre de 2016

La chica que no dejaba de llorar.

Érase una vez, por empezar a contar una historia de una manera muy típica, pero de esta historia nadie sabe el final. Había una vez una niña, bueno ya algo más crecidita que un día comenzo a llorar, nadie sabía el por qué y todos le preguntaban para calmarle pero ella nunca respondía. Un tiempo más tarde decidieron llevarle a un médico especialista en que los niños dejasen de llorar y este también le preguntó '¿qué le pasa a alguien del que todo el mundo se preocupa?', la niña al oír por fin la pregunta formulada de otra manera se dió cuenta de que por tener miedo a espresar sus sentimientos calló y el daño se fue multiplicando, entonces le dijo al doctor que le contaría lo que le pasaba a cambio de que nadie se enterase jamás.

El hombre aceptó sin pensar y la niña comenzó a narrar: hace tiempo que me siento sola, temo elegir entre 1 y 2 por si al elegir uno me estoy equivocando y así es cuando estropeo todo pero no sé como luchar contra mis miedos. Siempre me han dicho que el que no arriesga no gana pero el problema es que una vez perdí y nadie confió más en mí, ahora cuando tengo que elegir cogo una moneda la tiro al aire y es en ese momento en el que comprendo que es lo que quiero hacer pero me convenzo a mi misma que lo contrario a lo que quiero es lo correcto. Ahora mismo me da igual lo que a mi me pase pero no lo que les pase a los demás, ellos son buenos, amables y se les ve tan bien cuando sonríen.


El médico respondió:'¿Tú no te sientes mejor cuando sonríes? ¿Has olvidado lo que es llorar de la risa o que te duela la tripa de tanto reír?'. Ella, pensativa no se dio cuenta que había parado de llorar y prosiguió su respuesta: 'No sé por qué lloro, pero sé que cuando los demás ríen algo en mi hace una pequeña mueca como si volviese a sonreír, no se me ha olvidado lo que usted me ha dicho, pero siento que cuando yo sonrío alguien deja de hacerlo y es no es justo', este asombrado con la respuesta de la joven cogió algo de su escritorio: 'Por favor, mírate tal y como estás ahora, has dejado de llorar, aún no sonríes pero solo por confíar un poco en tí, lo has hecho mucho más en los demás, al querer autoayudarte por ellos.' La muchacha incrédula comenzó: 'Es increíble que con solo hablar lo haya conseguido, usted me ha hecho confíar, en mí y en los demás, pero hay algo que aún necesito saber ¿qué debo hacer ahora para elegir las cosas bien?', y él contestó: ' Déjate guíar por tu corazón y sonríe porque otros son capaces de hacerlo también incluso en momentos de máxima tristeza, habla, ríe, quiere y dejate querer, son las cosas fundamentales que debes hacer'
                                                                                                                                    Atentamente:
                                                                                                                            El monstruo de denajo de tu cama.